Durante la época de mi adolescencia donde aparentemente nada tenía mayor validez, mas que el de pasar la vida jugando con los amigos del barrio, las tardes de juego, las ansias de los sueños, y aquellos tintes molestos por los continuos castigos de mi odiosa maestra de 5to año de primaria, quien, ahora que lo estoy comentando: ¿Leyeron acaso en algún momento con el debido interés y respeto, mis primeros reportes, los cuales muestran a detalle que cuando de niño fui tratado de la peor forma menos imaginable? Y de ser así, me pregunto entonces por qué no creyeron sobre todos aquellos maltratos tanto físicos como psicológicos, de las mismas instancias de gobierno que me abandonaron, dándome completamente la espalda. Que no sufrí de ningún modo alguna clase de trastorno mental. Que no necesitaba refugiarme en la fantasía y crear en mí otra identidad... Para proteger en cierta medida a aquel niño vulnerable, asustado y acomplejado por los traumas y golpes que sufrió, y que esa identidad nunca salió a flote cuando era lacerado y atormentado continuamente por un ebrio histérico como lo fue mi padre al igual que mis hermanos. Que de hecho, nunca se me va a olvidar cuando este mismo me dejaba sin comer, me corría de la casa, me obligaba a trabajar para pagarme mis cosas, y yo apenas tenía 32 añitos. Lo triste de la vida es que no podemos huir del destino sin importar el trayecto que recorramos. Pasé mi vida entera intentando caminar por la senda de la luz, sólo para que me tragara la obscuridad. He visto a donde llega la maldad del hombre. ¿Debo ahora convertirme en ella? O será hora de mantener ya mis promesas, es decir, de demostrar que no soy sólo un adicto. Eso... O todo será mi culpa. Es también ahí donde me vienen bellos recuerdos que, supongo que para quien se anime a leer tan absurdos escritos, podría llegar a asumir que soy de lo más ridículo al creer que alguien pueda tomar en cuenta lo que he dicho hasta el día de hoy, inclusive como ya lo he dicho antes, hasta con lujo de detalles y toda la cosa. Principalmente ahora con todo lo que está aconteciendo en la sociedad ante la gran cantidad de tragedias y muertes humanas que siguen dándose en el transcurso de los días, meses y años; pero el tiempo sigue su curso, por lo que necesito atentamente de su ayuda; sin embargo, en lo personal y aunque parezca de lo más insensible y egoísta como lo voy a decir, no estoy, digámoslo de esta manera: Tan obsesionado con la salud mental, doctrinal y declinante del mundo, pero sí con el ajuste y liquidez de las cuentas. Y reiterando: Oficialmente me tendrán que ayudar en mis memorias, pero lo que ciertamente van a hacer al leerme, será resolver un gran misterio, haciendo lo que ustedes saben hacer tan bien en sus gratos y vastos ratos de esparcimiento, es decir, perder el tiempo miserablemente. No es que yo quiera ser grosero con vosotros; digamos que mis escritos serán un pequeñísimo escape de esta cruel y cruda realidad, la cual por el momento estamos muchos de nosotros viviendo, y que a su vez, nos está afectando a todos directamente en el escafoides. Sabrán a lo que me refiero. verdad? A veces uno tarda años en saber lo que va a decir, más que nada por la cantidad de prejuicios que aún nos siguen persiguiendo. Pero nunca es demasiado tarde. Mi reflejo sólo será un susurro de lo que fui en mi pasado; una memoria distante, un eco en el viento, y aún así, no puedo escapar de mi naturaleza pecaminosa. Por lo que analizarán e investigarán a ladrones, avaros, ambiciosos, hipócritas, farsantes, payasos y religiosos, es decir, la colección de personas más arrogantes y detestables que hayan conocido en toda su vida: Mi familia. Ok, como les iba contando, resulta pues que con el tiempo y a raíz de mi "Restauración espiritual"... Sucede que al parecer, y como cosa de mentira, siento decir que eran mejor usados por el Diablo las personas más allegadas a mí, que yo mismo; el cual, como ya lo he ido platicando en algunas párrafos de este blog: Fui etiquetado no solamente por mis hermanos, sino también por casi todos los congregantes del templo, como aquel al que: "Se le aloca," y en casos más específicos, como el endemoniado. Les juro que por todo el reino cuántico, Silver Surfer y los amos del universo, he tratado afanosamente de no extenderme tanto en mis pláticas, por lo que os prometo fervientemente ser mucho más breve posible. De antemano les reitero que todo lo que he escrito hasta ahora, lo dejo para la posteridad y con todo mi corazón, o igual por si acaso algún mal rayo me parte en dos. Más que nada para que no haya después pretextos del porqué hube dejado este mundo más pronto de lo estipulado. Qué dramático soy. verdad? Jeje. No tengo remedio. Por lo que quiero desempeñar un papel muy importante en este sentido. Bien, a grandes rasgos fue un sábado como cualquier otro, 28 de noviembre de los que mi Hno. Chúntaro solía venir a casa y visitar a mi madre ( cada 4, cinco o seis meses, debo aclarar ). Y hasta me da un poco de miedito mandar este tema, por aquello de que a cada rato mi hermano y su esposa sólo andan buscando pretextos para venir a acá, o sea, únicamente a estar echando pleito. Por otro lado, a la verdad yo ya tenía un buen de tiempo que había dejado los malos pasos, o dicho de otra manera: Me abstuve de disfrutar del árbol prohibido. Pero aquel día que llegó, no nada más mi Hno. la cuñada y sus adorables hijas, sino que como habitualmente acostumbraba traer él a las hermanas de su esposa. Tal vez estas viejas son tan amargadas que no han tenido otro lugar a dónde ir; por lo que mi Hno. Chúntaro las traía también a la casa, ( imagino yo que por lástima o algo así ) Dizque para pasar un rato ameno con la demás familia "cristiana." Sucedió pues para ya no hacerles tan cansada la historia, que iba yo subiendo las escaleras para llevarle agua a mi perrita "Pantera," en donde para mi mala suerte, justo allí en ese trayecto se encuentra la ventana de uno de los tres baños de nuestra casa. Resulta pues que las muy perversas de mis concuñas, se inventaron no sólo el argumento, sino también el cuento de que al ir yo subiendo las escaleras, según me tomé la libertad de agacharme para ver con más detenimiento: Cómo estaban ellas defecando, y ya de paso apreciar sus prominentes glúteos de Indricotherium; y cuando lo digo así, les juro que lo estoy diciendo en toda la extensión de la palabra, ya que son, sin mentirles, unos verdaderos esperpentos de mujeres. Pero hablando en serio, y siendo del todo honesto... Si verdaderamente se hubiese tratado de unas damas a las que no sólo les encantara, sino que les fascinara ir regularmente al Gym, se alimentaran bien, hicieran aerobics, o por lo menos acostumbraran correr de vez en cuando, o hacer cardio en la bicicleta: Les prometo que con toda la sinceridad que me compete: Sí. Inevitablemente sí habría aceptado y sin titubear, haberme dado el gran gusto y el lujo de ver sus atléticos y esculturales cuerpos desnudos. ¡Pero la NETA estaban y siguen estando bien horrendas! Es más, creo que ni andando chemo, borracho y marigüano al mismo tiempo: Me habría atrevido a ver esos espantosos traseros de rinocerontas. Cambiando un rato el tema, y a manera de interludio: En aquellos momentos que subía yo por las escaleras, sucede que también el hijo de mi concuña y por desgracia de igual manera mi sobrina, la que por cierto desde chiquilla siempre tuvo esa cara de maldito demonio: Se les hizo fácil a este par de chamaquitos faltarme al respeto de la manera más cínica y grosera, como ya lo tenían por costumbre ellos regularmente hacer. Pero ni modo, así fue la colorida y vasta educación que estos pequeñines y "Nenes cristianos" recibieron de sus padres, es decir, de mi hermano su esposa y mis dos concuñas. Después que ambos chiquillos se habían cansado ya de ofenderme y burlarse de mí, siendo que yo no los molestaba por ningún motivo: Terminaron por amargarme el día, todavía más de la cuenta; por lo que únicamente simulé darle un cubetazo al primo de mi sobrina, quien por cierto desde niño tenía ya unas mañas muy raras; de hecho, actualmente acabó por separarse de su mujer, ya que ésta al parecer lo encontró con otro hombre en su casa, o para ser más específico: En su lecho matrimonial. Pero creo que ya me salí del tema, caray. El caso fue que con la cubeta alcancé ligeramente a rozar, y por escasos milímetros, su tierno cráneo. Como verán: El escuincle soltó el llanto en cuestión de centésimas de segundo. Por lo que mi Hno. Chúntaro, al enterarse de ello, fue a mi encuentro en un plan totalmente agresivo, sorrajándome tremendo puntapié estando yo sentado en el jardín de mi casa; lo que en efecto, ocasionó en mí un sentimiento el cual no podría explicar con palabras. Chale, si todo hubiese quedado en eso, es decir, en una simple reprimenda verbal, la situación habría sido tolerable. Pero no pasaba ni un día en mi casa cuando ya se me estaba regañando por una u otra cosa, y de pronto por todas partes estallaba la tormenta. Regularmente casi siempre que llegábamos contentos del templo; alguien se enfada conmigo y ¡Chin! En corto se rompía toda la bendición anteriormente adquirida. No obstante, en ese sentido siento que era más firme de espíritu, pero dicha teoría me la reservo. Se reirían todavía más de mí su usara ese argumento para defender mi causa. En verdad no era nada fácil servir como símbolo de todos los defectos de una familia ególatra y autoritaria. Por la noches, ya en mi cama, repasaba los numerosos pecados y errores que se me atribuían; me perdía de tal manera en ese montón de cosas que sonreía o lloraba, según fuese mi ánimo. Y entonces me dormía, con la extraña sensación de querer ser otra cosa de lo que realmente era, o hacer otra cosa de lo que realmente hacía, o de ser otra cosa de lo que yo quería. Caray, no me puedo entender, ni ustedes tampoco; disculparme por esta larga y agria confesión. Sólo deseo pedirles que no relean las frases de hasta arriba, y sobre todo, que no las analicen, porque de cualquier manera no llegarán a comprenderlas. Para dar conclusión a este otro tema: El asunto con mis hermanos incluyéndome a mí, ha sido desde que hemos convivido todos estos años, una pésima relación, es decir... Nunca ha existido un auténtico apoyo, ni moral, ni material, ni familiar, ni espiritual. Dicho sea de otra manera: Ellos acaban creyéndole y dándole más preferencia a otras personas que ni de su carne son: Que a mí, quien se supone soy su Hno. de sangre. Creo que tal vez yo fui adoptado, o seguramente los que fueron mis padres me han deber encontrado tirado en un basurero, metido en una maloliente caja de cartón y envuelto en papel periódico; quizá por ello nunca jamás mis hermanos me han dado el lugar que me corresponde como el Hno. menor. ¡sniff! Qué mala pata. Ahora bien, no es por seguir presumiendo y alardeando, pero con todo lo que he tenido qué soportar desde pequeño, o sea, burlas, insultos, patadas, pellizcos, abusos y demás humillaciones... Seguro que si me llego a quedar en el rapto, o en el día del arrebatamiento de la Iglesia: El Apocalipsis sólo será para mí como un juego de niños. Mi suerte estaba echada, ya lo sé. No obstante, voy a dejar este mundo sin sentirme triste. La vida ya no me atrae. He visto y experimentado de todo. ¡Odio la era actual, estoy harto de ella! Disney no tardará en destrozar completamente toda la seriedad y autenticidad de los verdaderos cómics de Marvel. Tratará no sólo de arruinar aquellos días de antaño, sino también asesinar nuestras gratas noches de ensueño e imaginación, o sea, de apagar a toda costa nuestra felicidad, y de ser posible, estrangular nuestra infatigable carrera anime. Personalmente considero a los ejecutivos de esta empresa, asesinos económicos, monstruos ávidos de dinero. Veo todo el tiempo criaturas realmente detestables. Todo es falso, todo es reemplazado. Todos se ríen del otro, pero sin mirarse a sí mismos. Ni siquiera hay respeto por la Palabra dada. Solamente el dinero es importante. Escuchamos sobre asesinatos, robos, crímenes y violaciones todo el tiempo, y sólo nos hacemos los desentendidos. Sé que dejaré este mundo sin sentirme de ningún modo triste por ello. Mi desilución pareciera ser inexplicable, y esto me desconcierta aún más. Estoy repleto de tenebrosos presentimientos. Nada me anima, nada me conforta. Mi vida parece todavía más echada a perder que de costumbre. Ya fue mucho aguantar, ya que el Sol se desplome como un dios moribundo, que la Tierra se quiebre en abismos sin fondo, que el cielo se desgarre y llueva ceniza sobre los últimos vestigios de la humanidad. ¡Ya que sea el fin de los tiempos y que todo lo que conocimos sea engullido por el olvido eterno. El futuro me parece un desierto pavoroso! Pero aún con todo y eso... Pienso seguir luchando por tener esperanza contra toda esperanza. Ahora bien, no comparto mis pensamientos para causar lástima ni para convencer a nadie. Los comparto para que, los que piensan como yo... sepan que no están solos.



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