Pareciera que las personas inconformes sólo nos la queremos pasar criticando, criticando y más criticando, como si nada en absoluto nos pareciera; sin embargo, no veo otra manera para tratar de abrir el entendimiento al menos en algunos lectores. Y sé de antemano que eso únicamente lo puede hacer Dios, pero no me quedaré con los brazos cruzados sabiendo que puedo motivarlos a valorar cosas de suma importancia, es decir, que lo más relevante sea ganar almas para Cristo y no enclaustrarnos en el religiosismo, menos en el fanatismo, dos tristes conceptos que jamás pidió el gran Maestro adoptáramos. Y no es rebeldía, tampoco estar en contra de lo que Dios ha dicho. En mi caso me llevé toda una vida tratando de buscar un propósito definido en el cristianismo, el cual según yo, era de estar obedeciendo a los pastores sin hacer alegatos, aunque, saben algo... Temo que sólo fue tiempo desperdiciado. Aprendí de ello no lo voy a negar, incluso en un contexto fue valioso, pues este mismo me obligó a conocer la gran miseria espiritual que se vive aquí en México, quien de un modo inconsciente, vamos cayendo uno a uno y sin la mínima piedad.
Aparte de los ocho años que me la pasé con Elí-azar tratando de apoyar en la obra ministerial, me aventé casi otra década con Sanedbor. Es probable que me esté arriesgando a las llamas del infierno, pero prefiero correr ese riesgo si de algún modo puedo lograr que la gente se limite a darle la adoración a Jesucristo. De manera que me concretaré a hablar la verdad sin omitir nada, en cuanto a las vivencias que pasé en el camino a Dios, tal es el caso de los últimos ocho años que participe como miembro de esta iglesia en particular. Por el momento dejen les describo al fulano... Sanedbor es alguien ya de una edad, digámoslo así: Respetable. Yergue una cabeza de emperador romano en decadencia. No tan bajo como yo. Gordo apiñado, tez morena, ojos color aceituna y cabello como la espuma de aguas residuales. Cuello robusto. Viste un elegante desaliño estudiado, luciendo un alemán, antiguo y lujoso reloj de bolsillo. Tiene un toque de hipocritón y mosquetero farsante. Miente por provocación cada vez que le parece oportuno, por escandaloso y por afán de llamar la atención. A muchos conmueve con ello. Altivo y cortesano a la vez. Cáustico y refinado, me lo figuro trovador y jefe de la guardia de una reina loca.
Naturalmente cínico y palurdo. Se me antoja sentimental, que aún yo queriendo... No podría juzgar de ningún modo lo tercero.
Se reclama y se exige a a sí mismo por los diezmos: La indecisión de darle mayor participación a quien económicamente aporte con más generosidad, en un trance político de "Lo que pasa es que tú Gómez a dos Pérez" Si le dijeras algo respecto a él que no fuese de su agrado: Automáticamente te alza la voz para espantarte y para saber con quién estás hablando. Imagino que su violencia escondida bajo ese porte de gran señor se debe a que aún no se le ha ocurrido inventar alguna otra nueva norma que hubiese dado en contra de los placeres y afanes del mundo, que según él desprecia. Su denuedo y altivez resultan abstractos por aquello que combate. Quiere gritar más que cantar aun cuando sintiese que se le hayan cortado las cuerdas vocales. Su grande ingenio se halla en lo elevado de sus designios y en la tragedia de no alcanzar mas que una solución irrisoria ante las ideas y sugerencias de sus feligreses. Entre sus anhelos y la realidad existe un espacio oscuro, minado e intransitable. Vive todo lo opuesto a lo que predica, desatando tormentas a las que, escapadas de sus manos, pudiera hacer algo efectivo y así contener a los paracaidistas eclesiásticos que se presenten. ¡Basta de palabras! No me detendré a declarar las arbitrariedades que vi dentro de su congregación, esperando de todo corazón que al contarte estas experiencias, la visión que tengas de los ministros o pastores deba urgentemente cambiar y ser diferente, que al mismo tiempo también puedan mejorar tus razonamientos, al igual que tu estado espiritual.
La congregación de Sanedbor no se distinguía mucho de la doctrina predominante, recién llegué a a su iglesia, supe algunas de sus dinámicas al igual que costumbres y forma de organización, entre las cuales destacaba una que agradaba a todos, solían llamarle LA DESPENSA QUINCENAL, la cual por supuesto se canalizaba para los miembros de la iglesia así como de su pastor, en este caso Sanedbor. Era una especie como de tanda, la cual recibía cada hermano periódicamente; de hecho, a mi ya sólo me faltaba cumplir medio año para recibir mi despensa junto con la mujer que fue mi esposa en aquel entonces. Pero antes de comenzar, haré una pequeña reseña de un evento masivo que se dio en otra iglesia llamada La hermosa, fue una convención a nivel nacional, exclusivamente de líderes y ministros, es decir - únicamente para pastores y otros cargos preponderantes.
A grandes rasgos todo terminó en una gran bendición. A los alumnos del segundo periodo escolar les tocó tumbar a los pastores, y a nosotros los de primer ingreso, la tarea más pesada - Sostenerlos cuando iban cayendo. Un hombre maduro de no menos de 160 kilos lo tuve que cachar ( diciendo entre mí ): Haré mi mayor esfuerzo. Debo asumir que cuando este gordo se aviente para atrás acabaré siendo aplastado. El problema será si no lo agarro bien a la hora que caiga, o lo que es peor ¿Y si se da un mal golpe? Pero no, nada de eso, sino que logré sostenerlo e incluso depositarlo con tranquilidad en el piso de la iglesia. A veces me sorprende mi fuerza, ni yo mismo puedo saber aún los alcances del increíble poder físico que Dios me otorgó. Por otro lado jamás me habría imaginado que se trataba del último Pastor a quien terminaría yo obedeciendo por seis largos años, fielmente y de manera incondicional, o sea Sanedbor.
A escaso dos años de casarme por la iglesia pentecostés, empecé a ver la gran diferencia entre despensa y despensa, ya que la despensa que recibía el pastor Sanedbor, parecía una enorme montaña de víveres, al igual que la despensa que le daban a su hija, y en el transcurso de esos años, siempre vi el mismo patrón de conducta en los hermanos de la congregación, es decir, la despensa de Sanedbor la atascaban de: galletas ( surtido rico ) Duraznos en almíbar ( dos latas ), 9 atunes, 7 sardinas, 3 cajas de Corn flakes, café ( del secular y el frasco más grande ), 4 bolsas de arroz, 3 de avena, otras tres bolsas de frijól ( del mejor ) Es decir - flor de Mayo. Dos litros de aceite Capollu, tres kilos de azúcar, cuatro leches condensadas, una mayonesa grande Mackflay, 6 sobres para hacer gelatina, en fin... creo que me llevaría toda la tarde y parte de la noche contándoles lo demás; sólo diré que eran unas brutales canastas que ni yo con mi gran fuerza habría cargado.
Obviamente recién me casé, le entramos mi esposa y yo al jueguito de las despensas, y todos los domingos durante tres largos años teníamos que llevar sin falta - ya sea una pasta de dientes, un jabón, un cereal, una lata de verduras, u otra cosa que sirviera para surtir la despensa, nuestra esperanza siempre fue la de ESPERAR RECIBIR UNA DESPENSA SIMILAR A LA QUE RECIBÍAN TODOS. Una de esas veces que le tocó su respectiva dotación al Pastor Sanedbor, fueron tantas las cosas que le dieron, que mejor ocuparon las escaleras del Altar que dan para el púlpito, para así poder llenar de forma completamente exagerada y escalón por escalón una cantidad exorbitante de productos, así como de víveres y cuanta cosa se les ocurriera llevarle al "pastorcillo" quien según Sanedbor - Eran las primicias que todos ( sin excepción ) teníamos que llevar a la Iglesia, primicias que desde luego eran apartadas exclusivamente para él, ¿¡ Cómo la ven desde ahí ! ?..?..¿..?...¿..? ¡¡...O.o..!!
Aquella ocasión estábamos pasando por una situación económica muy difícil ( como era ya mi costumbre, si así les parece que lo diga ) De manera que con todo y la pena, quisimos mi esposa y yo, buscar un poco de apoyo en el pastor Sanedbor, le expusimos a detalle la petición de ofrecer nuestros servicios como empleados domésticos a toda la congregación, y les dijera de favor a los hermanos del templo si de casualidad no necesitaban de algún trabajo especial, en mi caso - De pintor o jardinero, y a mi esposa como la cocina, lavar ropa o el hogar ( Ya sé lo que estás pensando ). Para no hacerte tan cansada la historia, sucedió que al finalizar el culto, Sanedbor se acordó de nuestra petición, pero lo hizo cuando ya sólo habían seis hermanos en el recinto, es decir: Parece ser que casi se le olvida al Sanedbor el favor que le pedimos. Bueno, dije yo - No hay pex, espero que de esa enorme despensa que le dieron, a lo menos nos obsequie unos dos cubitos de caldo de pollo, o algo así, pero no... No se dignó el pastor a darnos NADA, sabiendo de antemano las circunstancias que estábamos pasando mi esposa y yo. Y no es para menos, amigos lectores, ¡No sé qué pasa con los pastores que cuando ellos tienen una necesidad, siempre piden ayuda para ellos pero no piden para las ovejas! Me gustaría
estar cerca de esos hermanos con problemas... Pero creo y confió en el dueño del oro y
la plata, que él va a enviar a alguien, no importa a quien, en el poderoso
nombre de Jesús, amén.
Muy a pesar de la fichita que soy, me gusta ser un hombre responsable. Cumplir mis obligaciones, y una de ellas, muy importante para mí, es mi familia, o lo que suponía yo: era mi familia. Para algunos de ustedes les resultará un tanto ofensivo e irreverente lo que diré a continuación, siendo honesto no encontré otra forma más explícita de poder describirlo, esperando humildemente de su comprensión, y es que cuando a nosotros nos llegó la oportunidad de recibir supuestamente también, una despensa, creo hubiera sido mejor y de más provecho - UNA ARCHIREQUETERECONTRA-MEGA-ULTRA-NOVA Y REVERENDÍSIMA: MENTADA DE MADRE.
Ya que lo recibido ese día no fue una despensa, sino mas bien una completa majadería, y fue lo siguiente... Si esto te da risa amigo lector o hermano, no me voy a ofender, pero lo que nos dieron y a lo que llamaré despensa fue esto :
una lata de sardina ya caducada, una sopa de estrellita y su bolsa abierta con dos cucarachas ( todavía me acuerdo que era sopa de estrellita, jiji ) unos frijoles que parecían balines de tan duros que estaban ( tuvimos que ponerlos a remojar todo el día ) desde luego también con la bolsa abierta, al igual que la de arroz, que más que arroz parecía maíz quebrado ( de ese que le echan a los pollos ) unas galletas de animalito ya enlamadas, o sea, con moho o musgo verde. Y por último un papel higiénico, y no era como el pachoncito que le ponían al pastor, ¡No,no! Éste sí que...
Raspaba como no tienes idea, incluso daban ganas de mejor seguir usando el periódico. En fin... Obviamente no fuimos tan tontos como para seguir participando de esas hipocresías e idolatrías, ya que estas personas preferían tener bien alimentado y contento a su pastor mientras ellos siguieran tragando miel ( y no precisamente de abeja ) En una palabra estaban venerando al pastor, cosa muy preocupante. Afortunadamente yo no me tragué el cuento de las despencitas, lo que era mi esposa en ese momento, insistía en llevar víveres cada domingo, preferí no discutir con ella hasta que viera propiamente la realidad, es decir - La más cruda realidad.
Otra de las cosas aberrantes y que por supuesto sirvieron a la posteridad y memoria de Sanedbor, fueron éstas :
Le aplicó únicamente dos meses de disciplina a un ¿Hermano? No menor de 50 años, cual abusó de una jovencita del templo no mayor de 13 años ( Los padres de la chiquilla lógicamente indignados por aquella infamia, dejaron de ir al templo ) a quien por supuesto embarazo este fulano. Después como si nada el muy rufián seguía ministrando en el altar del templo ¡Chale! Y la última, la que siempre recordaré con mucho humor, fue cuando le pedí a Sanedbor participar en las predicaciones de entre semana. Le había mencionado que estudié un poco en el Instituto H.Q, de manera que quise apoyarlo en ese respecto. Ese día que le propuse me diera participación en la iglesia, oró mucho por mí, y es que me impuso manos e inclusive hasta se aventó una letanía de quince minutos, habría jurado que con esa tremenda oración que hizo ( y sin exagerar se los digo ): Como si el Sanedbor hubiera tenido la autoridad de bajar a las tres cuartas partes de los ángeles del cielo. Pero todo pasó - Sucedió que el día que me tocaba predicar, no me dejó hacerlo, es decir, se hizo el desentendido y acabó con mi paciencia el muy infame, ya que según él, decía que algo muy importante necesitaba decirle a la congregación, pero cosa curiosa... ¡Jamás en los seis años que asistí a su iglesia, se lo había hecho a ningún otro hermano! Y es que siempre hay una primera vez. verdad? Y esa vez el tontín de Aarón, fue el más indicado para dicha enmienda.
Bueno.. Hasta la mujer que me traicionó a trece pasos de mi casa, le echó pleito al pastor, ¡Y no es que haya ido yo como Acab de llorón con ella! Pero de algún modo la muy canija se enteró y me defendió. La neta no sé que le dijo al Sanedbor, pero de lo que sí estoy seguro es que le dio hasta diarrea del puro coraje que hizo, ya que ésta mujer tenía la peculiaridad de saber cómo herir despiadada y diplomáticamente a las personas. ¡Un hurra para mi ex-esposa! Y es que al día siguiente Sanedbor convocó a todos los líderes de la iglesia para una ridícula junta, según parece quería entender el porqué me había enojado tanto que no me hubiera dejado predicar el pastor, y siendo honesto cuando supe el motivo, literalmente exploté, entonces les dije a todos - Tanto a diáconos como maestros de escuela dominical y otros ministerios más, que supuestamente llevaban a cabo con tanta rectitud en aquella congregación. Según ellos me querían leer la cartilla, intenté ser razonable, no me gustó, así que más bien jiji, los puse en su lugar diciéndoles firmemente algo como esto: Me da pena al igual que tristeza, ver que estén de acuerdo en la tontería de organizar una junta tan absurda, cuando lo mejor que deberían es preocuparse por las almas que se están perdiendo u otras cosas de mayor interés, como sería el interceder por las personas necesitadas de una palabra de esperanza o ya de perdida tener limpios los baños ( cosa que nadie quería hacer )
El hermanito que abusó de la joven de trece años se quiso justificar diciendo que no los juzgara, como dándome a entender que yo era una persona intolerante pero, ¿Se puede acaso ignorar a un pederasta dentro de la iglesia? Por cierto ahora que lo comento, este asunto se lo llegué a platicar también a Elí, ¿Saben qué me dijo el inútil... "Y la niña bien inocente que se dejó engañar" Como dándome a entender el muy imbécil que una chica de 13 años ya podía ser responsable de sus actos ¡Puff! No había día que no dejara de sorprenderme ese atrofiado Elí-azar, porque primer se las daba de muy puritano, pero luego tenía cada idea deshonesta que hasta daba pena tan sólo escucharlo. Volviendo a la junta ridícula, enseguida les aclaré... No los juzgo, sólo que ya me cayeron gordos todos ustedes. Luego quisieron orar por mí. Les dije así - Oren mejor por sus almas, déjense de cosas y ya pónganse a trabajar en la obra.
Desde luego que a partir de ahí me etiquetaron como el rebelde, el endemoniado, el que no se quería sujetar a las autoridades correspondientes, ¡Bah! Sólo pura gente argüendera que no sabía ya en que estar perdiendo el tiempo. Verduleros de cuarta!!! Definitivamente no iba a tolerar que mantuvieran la iglesia en la edad media. Y menos permitir que destruyeran mi espíritu de servicio por un simple autoritarismo de Sanedbor. En verdad me preocupaba la congregación. Quería simplemente compartir el mejor vino a través de la predicación. De todos modos así fue como empezaron a respetarme, porque sabía lo que quería. Cuando alguien me quiere pisotear, cuando alguien me quiere humillar a mí, yo no lo puedo dejar, ¡No puedo hacer eso! No lo puedo permitir ¿Por qué?
Otra: Cada que llegaba la Navidad a la iglesia de Sanedbor, los gringos mandaban unas cajitas con juguetes bien chéveres, por supuesto que todo era gratis; había incluso algunas cajitas que venían con billetes de hasta cien dólares. Pero ¿Cómo iba a pagar el pastor su Sky? o ¿Cómo iba a ponerle crédito a sus tres celulares? ¡No de gusto Diosito le obsequió esa mente tan lucida! El afán de riqueza había corrompido tanto a Sanedbor que era incapaz de resistir cualquier tentación en la que mediara la posibilidad de sacar beneficios. De manera que le puso precio a las cajitas, lógicamente las otras cajas más pesadas: Ya las tenía él apartadas para sus nietos, en fin, ahí le paro, pues quien sabe si yo sea el último en salir del Infierno ( después de Hitler, claro está ).
CONCLUYENDO...
Al templo que yo iba, siempre
buscaba un pretexto para criticar al pastor, pero había algo que me
superaba, lo cual me llenaba al mismo tiempo de indignación e
impotencia... Cada que invitaban a un predicador, al final decía el
pastor "Ahora oremos por el hermano y reunamos una ofrenda de amor"
Regularmente ese hermano se llevaba alrededor de 2 a 3 mil pesos. O
sea que por una parte sí convenía ser pastor. Y más aun si el
predicador invitado venía de lejos, es decir, en avión, y a veces Sanedbord se
llevaba su buena tajada, !ejem! Que diga, una parte proporcional de la
ofrenda reunida; sin embargo, con aquellos pastores que SÍ eran humildes y
honestos, nos les daba ni un centavo. Otras veces, según la ofrenda
que sí le correspondía al predicador - No le decía nada, más que las gracias, y estos naturalmente se iban enchilados, obviamente ese dinero ya se lo quedaba el pastor de la iglesia. Y otros que se daban
cuenta, decían: ¡Qué onda!? En una palabra se quedaban con los ojos
cuadrados. Y a los pastores que sí se notaban sencillos, no les obsequiaba ni
un taquito siquiera por haber ido a predicar. Otros más mañosos pedían
ofrenda, pero lo hacían antes de que viniera el predicador, y al
final de la prédica, solamente le daban para su pasaje, si bien le
iba. Y un saludo para que le llegara a su pueblo, ¡¡¿Pues qué contiene
eso Chucha?!! Decía mi abuelo. Yo creo que si ellos piden el Diezmo a
diestra y siniestra, no deberían hacer eso con otros. No comprendo la
actitud de algunos pastores, no hablo de todos pero sí de algunos, que
para ellos, lo más importante es el amor al dinero, y bien sabemos que
ES el principio de todos los males. Perdónenme si estoy siendo demasiado franco, pero es la verdad, aunque no les guste. Y
esto que cuento no es ficticio, sino que son casos auténticos de la vida real.
No quisiera generalizar.. Sé que hay pocos predicadores sinceros y
de un corazón humilde, pero Dios no los enriquece precisamente para que
no se pierdan; no obstante, sí les da todo lo necesario.
Por extraño que parezca, Sanedbord poseía las virtudes que hacen al hombre honrado, pero carecía de lo más importante... Un alma que lo hiciera generoso. Hay personas que pretenden carisma y están persuadidos bajo sus oscuros “dogmas” sin sentido, hay más engaño que verdad. Porque la más brillante de las apariencias, puede cubrir las más vulgares realidades. ¡Tenemos
que creer en la palabra de Cristo, no en el hombre! Hay pastores
humildes que predican a sus ovejas sin interés alguno. Y hay
pastores que de la noche a la mañana son ricos, dueños de mansiones, emisoras, limusinas y piden cantidades de dinero para pactar con Dios. Pero hay quienes le pedimos a Dios y no nos cobra, sólo nos pide mantener obediencia y un
corazón contricto y humillado ante su presencia.
Hay personas que persiguen la humanidad de uno, y le dicen que la luz en su corazón es debilidad. Pero no crean eso. Es una vieja táctica de la gente cruel y conformista para matar la bondad en nombre de la "virtud" Realmente se empeñan en hacer del evangelio un cristianismo mediocre, de hecho no podemos darnos cuenta aún o no queremos salir de esa estupidez a la que equivocadamente confundimos como sujeción, desperdiciando el gran potencial que todos tenemos, del cual Dios nos dio en abundancia. Así que mejor preferimos seguir viviendo en la miseria espiritual honrando más al hombre que a Dios; de manera que en este momento y en cualquier rincón del Mundo alguien estará sometiéndose a una autoridad eclesiástica, por la norma y el bien universal que ésta misma representa, aún si fuere abusiva, porque piensa que Dios la puso y lo justo es obedecer para ser un buen cristiano, ¿no? Pues la conducta correcta consiste en respetar la autoridad y mantener el orden a causa del mismo orden, así lo que digan y hagan los líderes siempre estará bien, y nadie debe salirse del molde, ¡Vaya caso! ¿De que servirán todas estas leyes si al final no se puede vivir con justicia? Al menos yo tengo dignidad como criatura racional, quizá por esa razón sea yo un tanto intransigente y me oponga al despotismo.
En lo personal pienso que un siervo es precisamente lo que debe de ser, es decir: un servidor, un obrero, incluso hasta en casos más específicos - Un esclavo al servicio de la obra cristiana,
¿Sí checan la diferencia entre siervo y líder religioso? Sin duda el mayor ejemplo nos los dio Jesús : He venido para servir y no para ser servido. Creo que la idea general seria no confundir al pastor como alguien a quien se le deba siempre consentir y ponerle todo en bandeja de plata, simplemente porqué sea el ungido o le predique muy bonito a la congregación. Los verdaderos siervos debemos ser vasos de honra y el vínculo necesario para que el mensaje de Cristo pueda llegar a la vida del inconverso, pero el que sirvamos NO nos debe llevar a un confort, antes bien es necesario que suframos y padezcamos muchas cosas. Nuestra prioridad ante todo es obedecer a Dios y no agradarnos a nosotros mismos. Es por eso que ningún título en teología, por muy prestigioso que este sea, jamás nos dará la salvación. Tenemos que hacer lo que Jesús en su amor y justicia nos ha solicitado.
En lo personal pienso que un siervo es precisamente lo que debe de ser, es decir: un servidor, un obrero, incluso hasta en casos más específicos - Un esclavo al servicio de la obra cristiana,
¿Sí checan la diferencia entre siervo y líder religioso? Sin duda el mayor ejemplo nos los dio Jesús : He venido para servir y no para ser servido. Creo que la idea general seria no confundir al pastor como alguien a quien se le deba siempre consentir y ponerle todo en bandeja de plata, simplemente porqué sea el ungido o le predique muy bonito a la congregación. Los verdaderos siervos debemos ser vasos de honra y el vínculo necesario para que el mensaje de Cristo pueda llegar a la vida del inconverso, pero el que sirvamos NO nos debe llevar a un confort, antes bien es necesario que suframos y padezcamos muchas cosas. Nuestra prioridad ante todo es obedecer a Dios y no agradarnos a nosotros mismos. Es por eso que ningún título en teología, por muy prestigioso que este sea, jamás nos dará la salvación. Tenemos que hacer lo que Jesús en su amor y justicia nos ha solicitado.
Estamos conscientes que el sacerdocio antiguo era muy bendecido, quizá más que la misma gente de la cual recibían de ellos los Levitas ofrenda. Pero con todo el respeto que le tengo a Dios y a sus leyes, me sigo haciendo la misma pregunta, misma que todos los días taladrea mi mente de forma constante, y es la de ¿Por qué tiene que vivir mejor el pastor que el congregante? si se supone que el Señor nos mira de igual forma a ambos, es decir - ¿o sea, entonces porque yo o el creyente va necesitar siempre de ser instruido, exhortado, adiestrado y regañado, signifique que por esa razón le vaya mejor al pastor que a los demás? Y no es envidia sino que ¿Deberá el ministro tener más derecho que nosotros de vivir cómoda y plácidamente mientras el congregante se tenga que estar comiendo las uñas de la preocupación por no saber lo que comerá el día de mañana, o sólo se trata de que todos somos una bola de incircuncisos? Y que por esa razón el pastor deba recibir toda la bendición ¿Será que hemos regresado al feudalismo sin darnos cuenta, o tal vez hemos llegado a una nueva forma de caciquismo? ¡Rayos Batman! No hay reglas aquí, ¿Qué estamos tratando entonces de lograr? Hay un punto muy distante, en que las estructuras fallan, en que las reglas ya no son armas. Son grilletes que le dan al malo la ventaja. Todos somos observadores, y podemos darnos cuenta de las anomalías que vemos a diario dentro de la iglesia. Lo que pasa es que habemos pocos quienes tenemos las agallas para saber desenmascarar a esa clase de personas. Y cuando lo hacemos, resulta que son los mismos líderes, inclusive hasta los que se presuponen ser pastores. Entonces sucede que al pasar eso : Pues no les conviene que sigamos ahí, y nos expulsan, o en su defecto nos tachan de rebeldes. Por eso hay muchos que aún viendo las injusticias que hacen los supuestos ministros del evangelio ¡Prefieren callar! Y hasta cierto punto se puede entender. Pues ya tienen a toda una congregación en la palma de su mano. Y si alguien les dice en qué están fallando - No tan fácil aceptan la exhortación. Sino que antes bien, estudian la manera de cómo echarte de su iglesia. Por que no por una sola persona que les haga ver sus fallas: Van a cambiar sus métodos que durante años les han dado resultados "favorables" para seguir controlando a las personas que de seguro les costó tanto trabajo hacer a su modo.
La misma situación se daba en el instituto donde estudié, cada que llegaba un hermano trayendo bendición, ¡Nunca llegaba dicha bendición a nuestras manos! Es decir - Se las tragaban los encargados de la cocina empezando por el Tomy, sobre todo las manzanas y peras, de las que no veíamos jamás un trozo. Llegaban cuatro cajas de hojaldras ( bien ricas, grandotas y esponjadas ) y las mismas que se tragaban en un lapso de dos días las hermanas que daban de comer, pero según ellas eran buenas personas en cuanto a la fe y la caridad. Si acaso nos llegaron a dar la mitad de una hojaldra - ya era ganancia, pero temo que las verdaderas hojaldras eran las mismas hermanas. Otra ocasión hubo un evento en el Instituto e hicieron una inmensa olla de arroz, mismo arroz que no lo vimos sino hasta cuando se echó a perder, es decir - Mejor se lo dieron a los chanchos, y a nosotros ¡Nos amarraron como puercos! Finalmente lo aprovecharon los cerditos. No podríamos entonces decir que en un contexto se desperdició. Verdad? Jeje.
La última vez que vi a Don Kwaild fue hace poco, de hecho fue él quien me vio primero, no me quiso saludar, seguramente habrá pensado que no lo vi, es decir, me dio la espalda, al parecer no quería que lo viera nuevamente y como siempre comprando sus acostumbrados retacitos de pollo que les lleva a esas infortunadas personas; él creerá que yo también le he dado la espalda por estar diciendo santo y seña de cómo se vive en H.Q, espero que lo vea por el lado amable, tal como valorar que un perro y tres más, no perdieron su dignidad. Ojalá y se conmueva de corazón para atender debidamente a esos pobres ancianos, los cuales deja abandonados a su suerte: Hambrientos, sin baño, orinados y cagados disculpando la expresión. Ahora bien, muy a pesar de los años malgastados que viví en H.Q, no será nunca mi intención desacreditar el buen nombre del tío Kwaild. En realidad busco justicia, instando a que la perspectiva dada por esta clase de cristianos millonarios en cuanto a cuidar de la gente de bajos recursos: Ya no sea tan miserable y puedan cambiar de una vez la forma en que dan sus dádivas, de igual manera aprendan a entender que la vida no consiste es ser alguien prestigioso, podría casi jurar que cuándo a ellos les toque estar en la adversidad, no habrá nada más difícil que el apoyo de los demás. Desnudos llegamos a la Tierra, desnudos regresaremos a ella, y nada nos podremos llevar. No me jacto ni presumo de nada. Hoy o tal vez mañana podría ser un buen día para morir. De mi parte no hay odio ni rencores, amargos recuerdos tal vez, pero nada que no me cueste trabajo olvidar. Los perdono a todos, espero que Dios también lo haga.
Por último, para que no haya resultado tan triste y agobiante mi Tema, les terminaré platicando
un suceso chistoso que viví con don Kwaild y otros dos de mis contemporáneos, allá por aquellas hermosas tierras vírgenes del Amazonas, en donde por lo regular los nativos de aquel lugar siempre nos veían como bichos raros. Resulta que cierta ocasión ( y aprovechando que hace rato les hable de miel ): Sucede que me dio por explorar el terreno que Don Kwaild había comprado "honradamente" allí. Me fui internando por aquella selva, y descubrí un enorme panal de abejas, quizá el más grande que haya visto jamás, éste se encontraba en un precioso árbol, algo parecido a un Ahuehuete; el Panal media aproximadamente un metro de largo y otro de ancho, quizá pudimos haber obtenido unos dos o tres litros de miel silvestre, mi idea era primeramente alejar a las abejas, o sea - No matarlas, sino sólo ahuyentarlas, y eso creo no le pareció buena idea a Don Kwaild, es decir - Tenía otras cosas más importantes que el aventurarse a un peligro semejante, como era el lidiar con más de 3000 abejas, de modo que se le ocurrió al atarantado bañar el panal de gasolina con una manguera, para enseguida prenderle fuego, parece que no le interesó mucho el asunto de la miel.
Fue obvio que las abejas empezaran a atacar a Don Kwaild y a los otros dos de mis compañeros, de parte mía casi no le tengo mucho apego a la vida, razón por la cual ignoré que me siguieran picando las abejas, me concreté mejor a divertirme y ver con mucha gracia a ese trío de cobardes, correr como locos y desesperados con más de treinta abejas en sus cabezas y espalda. De lo que no podemos darnos cuenta muchas veces, es de la enorme labor que estos insectos proporcionan a la naturaleza así con del maravilloso néctar que producen, y por lo regular cometemos el error de molestarlas justo en el lugar donde ellas quieren estar. Don Kwaild se ha caracterizado por ser un hombre muy práctico, y esa no fue la primera vez que lo comprobé, pero no siempre es práctico ser práctico. Creo que antes de sentirnos muy inteligentes al privar de la vida a tan sabios animalitos quemándolos con gasolina como lo hizo el Tío Pepe. Deberíamos mejor aprender más de estas grandes maestras de la ingeniería. Porque si ellas desaparecen, también el hombre.
Un día después ya todos bien picoteados, por no mencionar que hasta uno de ellos ya se lo andaba cargando el muerto de tanto piquete que recibió, ¿Pero cómo no iba ser esto? De por sí don Kwaild nos tenía ayunando desde que empezaba el día, hasta ya entrada la tarde que recibíamos alimento, naturalmente no antes de habernos puesto primero a trabajar como bestias.
En cuanto a mí. Bueno.. Les podría decir que las abejas supieron discernir mis intensiones, o quizá haya sido que lo más natural y lógico, fue que no despedí tanta adrenalina como lo hicieron aquellos tres chiflados, jajajajajajajaja.
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