CHÍQUIS FRADY

  Hay libros, sobre todo cómics que algunos a veces quisiéramos encontrar de nuevo; sin embargo, muchas de esas veces nos resulta imposible volver hallar.  Y eso duele en verdad.  Por ejemplo, un libro en particular me daba a detalle estudios bien ilustrados de la historia del automóvil, así como de su avance y desarrollo. Lo curioso de ello fue que terminé intercambiándolo por tan sólo unas nueve revistas de Memín Pinguín. 
  Estando en el taller del Renato casi siempre me tocaba lavar el interior de los Monoblocks; de algún modo eso me servía para contemplar las extraordinarias funciones que éste mismo desempeñaba. Sobre todo la ingeniosa sincronía en que trabajan los pistones, al igual que el desgaste de ambos; sin duda que la mente humana es realmente creativa. Por ello no creo que sólo fuera casualidad que hayamos sido creados a imagen y semejanza de Dios.  El material del Monoblock, o parte de lo que sería el motor, es como una aleación de plomo, al que de dos a tres veces se le tiene que hacer un ajuste, posteriormente deja ya de servir. Tal ajuste se lleva acabo con otra herramienta especial, cual se encarga de girar a modo de matraca, para ir modificando la medida en cuanto a las exigencias que demanda el uso de dicho mecanismo, por lo que cada giro le va quitando material al monoblock, desechando como una especie de rebaba ( creo que así era el procedimiento ).  Algún letrado en el ramo automotriz pensará que me fascina el albur. Por tal razón, quizá sería más prudente que alguien más experimentado, lo explicara mejor. Obvio... No sin antes decirme :
  ¡Pedazo de idiota... Así no se explica!  En serio que te hizo daño oler tanta gasolina.
  A escasos cuatro años de haber fallecido mi padre, una sola vez me dijo en vida :
  Ya es hora de que aprendas a manejar eh.  Te voy a enseñar en estos días.  Fueron solamente palabras que se quedaron en aquellas cuatro paredes de mi cuarto.  Sucede que a todos mis hermanos les enseñó menos a mí, y aunque nunca se lo pedí, podría haber jurado que sabía de mi anhelo por aprender a conducir un vehículo. A veces no sé si me lo decía por el gusto de seguirme dañando, o por venganza de no haber tratado bien a su madre.  Es asombroso como una idea puede trascender, y arruinar la vida de alguien.  ¡Neta que era una viejita bien latosa!  Aunque debo admitir que fui demasiado grosero con ella, no lo voy a negar, pero es que a veces me sacaba de mis casillas.  Digamos que yo fui.. El incomprendido de la familia.
 Pero, ¡Hey, vamos!  Ahora les toca a ustedes decir  ¡Pobrecit!  Quizá me lo tenía bien merecido por no haber respetado a tan venerable anciana, quien aparte de todo era mi abuela.

 

 
 

Aquí en la capital es todo un "merequetengue" tener un carro, ¡Y más líos todavía para el que aún no sabe conducir!  Nota: Hay que pagar tenencia, verificación de contingencia ambiental y otras tantas parecidas a éstas, con decirte que el vidrio detrás queda súper atascado de tanta calcomanía. ¡Bah!  Sólo son formas de seguirle sacando dinero a la gente. Por desgracia no es como vivir en otro País, donde mucho más sencillo... Te compras tu carro y ya.  Mi hermanita en la fe, de quien les platiqué anteriormente y quien por cierto me dio una pequeña ofrenda para seguir evangelizando  -  Me dijo algo así como esto, antes de retirarme -  "Dios te va a bendecir, ¡Oyeme bien!  Ya te veo en un carro yendo por toda la República dando la Palabra".
Para ser sincero me causo un poco de gracia aquella voz profética, así que le dije: Yo estaría más que a gusto, y por el momento, teniendo lo suficiente para seguir evangelizando. ¡No.no!  Nada de eso - Me volvió a decir: ¡Tú vas a tener un carro!  Preferí callarme para no contradecirla.  Tal vez sí me vio en un carro, pero no me especificó que tipo de carro, seguramente era un carro de la Huerta naranjera del Álamo Veracruz, en donde venía yo trepado de chalán.  Y no es que sea conformista, debo suponer que ha de ser cosa sencilla tratar de mover una caja con ruedas; sin embargo, es mucho más que eso... Indudablemente es una gran responsabilidad, ya que la mayoría de las muertes en el Distrito Federal han sido a nivel utomovilístico.



  La historia del Chiquis Frady, empieza 20 años atrás... Bastante chismoso, descarado y fanfarrón. Digamos que él es de los que siempre suelen decir... "Camina mientras hablas, amigo." Más filósofo que el mariguano promedio. Por lo que mejor ha de preferir charlar sobre la marcha. Hasta el día de hoy... Aún no he llegado a entender de dónde es que le proceden las ideas para decir tantas cosas. Cordial y elocuente, no esconde que está fabulando, que está mintiendo. Lo hace con tanto ingenio y tanta gracia que lo de menos es la verdad. Dando más importancia a su imaginación y su modo de expresarla. Sus conceptos así como sus puntos de vista, no pueden ser más crueles, aunque sí muy refinados, con una generosa gama de vulgaridad. Pero lo más extraño de todo él, es que.. Para ser un mentiroso y un maleante.. Tiene excelentes modales. No de gusto es mi familiar. Terminaba yo de trabajar en el taller del Renato, cuando de repente vi pasar a mi pariente, diciéndome textualmente -  Deja de perder el tiempo ahí. No seas PeNdEjO... Mejor aprende a manejar carros de verdad, y no fregaderas de andar lavando mugres fierros. Yo te voy a enseñar a manejar, ya lo verás. ¡Es más!.. Hasta me lo vas a agradecer. ¡Personalmente quedé súper encantado con aquella oferta!  Y a partir de ahí, después de haberle dado gracias al Renato por el empleo antes otorgado... Decidí mejor acompañar a mi pariente a sus viajes.
 Fue entonces cuando él Chikis me dijo: ¡Este trabajo es para hombres, eh... Así que empieza a demostrarlo dándote un buen toque de Yerba!. O qué... ¿Me dirás que tienes miedo?  Como ya se imaginarán, cedí al engaño y persuasión del Frady; y digo engaño porque lejos de quererme enseñar a manejar, mejor me enseño otras artes, es decir -  Todo lo concerniente a la truhanería, ocio, malas influencias y lo que se pudiera llegar alcanzar a saber respecto al vicio de una de las drogas más adictivas, letales, polémicas y antiguas que han existido en el transcurso de la historia.  
 Tengo muy presente aquél día que me mandó por unos Delegados sin filtro, éstos mismos eran para sacarle la cana a los cigarrillos, sucede kel papel es muy fino y se disfruta mejor así fumarla.  Estacionó el enorme carro de volteo cerca de una tienda, quedando de vista sólo la parte inversa del camión de carga.  Poco después no sé si fue el alucín, la emoción u otra cosa, pero se me ocurrió hacerle creer a la señora de la tienda, que yo era quien traía el carro, sin necesidad de palabras simplemente traté de simular que un joven de escasos 19 años ya manejaba semejante máquina, y todo parecía indicar que efectivamente yo traía conduciendo aquel enorme vehículo.

 

  

 

 Esa fue la primera impresión que le causé a la señora, mirándome asombrada, tal parece que la había convencido. Me imagino que ha deber pensado la Doña: "¡Wow!  Tan joven y ya conduciendo estos armatostes." Al menos eso era lo que me hacía creer.  Me dio tanto gusto aquel breve momento, y me sentía tan confortado al imaginar que yo manejaba el camión, que no me di cuenta cuando un segundo y fuerte cinturonazo se depositaba sobre mi espalda. Se trataba del Chiquis quien enfurecido y sin escatimar se empeñó en seguirme lacerando una y otra vez, a lo que hizo él alusión:
 "¡Órale hijo de la chingada! ¿Qué tanto esperas?  La señora quedó asustada, en seguida el Chiquis se dirigió a ella diciéndole brevemente -  Estos muertos de hambre... Creen que están de vacaciones.
¿Apoco no jefa?"
  La Doña no le contestó, solamente se limitó a darme el cambio y dirigirme una tierna mirada, cual me decía -  Ya no andes con él. Sin embargo o mas bien con embargo, decidí seguir conviviendo con el Chiquis, pensando que tal vez todo era parte de un aprendizaje.  Después de casi 28 años me sigo yo preguntando... ¿En qué le afectaba al Chiquis hacerle creer a la Señora que yo traía el Carro?  Finalmente él sabía quien era el chofer ¿no?  Y es que si habláramos de tiempo, fueron escasos 20 segundos de lo que me bajé del carro a la tienda, pues enseguida que compré los cigarros, ya estaba él dándome de chicotazos como si fuese yo un niño de 7 u ocho años. En fin... es un recuerdo por demás amargo, tratándose de un familiar.



  Luego seguiríamos con Alejandro y don Paco.  De Alex... ¿Qué podría contarles de él? Hmmm  Para empezar es todo una auténtica albóndiga mal hecha, sus rasgos oaxaqueños indudablemente le afirman sus raíces. A la edad de 16 años ya traía manejando aquellos titanes.  Lo poco que llegué a saber sobre él, fue que sufrió un terrible accidente. Según parece le regresaron sus tripas a la panza, por no mencionar que años atrás, mató a un joven en el cruce de los Reyes Iztacala ( una de tantas comunidades del Estado de México )  Era de suponer que iba completamente intoxicado.  No dudo que Dios tenga un plan para su vida. De la misma manera, nadie sabe en que momento tratará también con cada uno de nosotros.  Ese Alejandro... Cada que me ve no duda en saludarme.. Ya sea con insultos e injurias, o los clásicos: "Chiflas a tu mauser."  Después supe que estuvo en la cárcel.  Al muy tarado se le ocurrió en la madrugada estar tirando cascajo con su volteo, en un terreno que al parecer pertenece a un político, jeje. Creo que Diosito lo castigó por haberme aplastado mi bicicleta. Fue cierta ocasión que me mandó traerle unos refrescos de la tienda; naturalmente el Chikis estaba también en el camarote. El caso fue que recargué mi Bici en la puerta de su carro, luego de pagar al encargado, escuché que se movía el camión, pero no quise imaginar tanta maldad. Cuando volví con las bebidas refrescantes: Mi bicicleta yacía maltrecha bajo aquellas enormes llantas. Naturalmente la burla de los demás vagos, no se hicieron esperar.

 Hasta la fecha no sé aun qué se traiga Alex conmigo.  Tal vez sienta algún nexo que todavía él no entiende.  Trato de ignorarlo cada vez que me saluda con esa peculiar manera. Espero que no me halle un día enojado; ese día creo entonces sí me va a conocer.  No me lo crean, pero apenas me reconozco cuando estoy realmente enojado. Tengo viajes fuera de mi cuerpo y veo mis manos rojas y mi cara encapuchada. Y me pregunto cómo es que ese hombre acabó tan mal. Temo decir que me he vuelto un problema incluso para mí mismo. Pero volviendo con el Alex... Tiene poco que me invitó acompañarlo a uno de sus viajes.  Curiosamente estaba yo como de costumbre, desocupado.  Por lo que acepté ir con él en su carro. Muy rápido y ligero para ser Trailer.  Parecía increíble que después de haber pasado tantos años, estuviese de nuevo acompañando Alejandro, como si no hubiese transcurrido el tiempo.  Obviamente yo sigo teniendo la apariencia de un chico de veintitrés años, en cambio él... Ya no parece que sea el mismo joven de antaño.  Eran aproximadamente las nueve de la noche, cuando casi terminaban de acomodarse los trailers en la avenida principal que daba para el metro Insurgentes.  Afortunadamente nosotros íbamos a ser los primeros en ser cargados de asfalto.  Justo en ese momento Alex me dice: Baja la palanca que está afuera del lado izquierdo para que no se abra la puerta de atrás, y no se esté cayendo el chapopote.  Solamente le faltó aclararme un pequeño, pero sí muy importante detalle... Que le pusiera seguro a la palanca.  Al rato que la máquina empezó a llenar el carro, quizá por intuición, el idiota de Alejandro fue a ver si por curiosidad le había puesto yo, seguro a la palanca. 

 

 

 

 Luego de ver que no lo hice, me dijo: ¡Aarón hijo de tu P** M**!  ¿¡Porqué no le pusiste el seguro!?  Si no me bajo a revisar: Seguro se habría caído todo el material.  Me enfurecí tanto que me dieron ganas de largarme en ese momento, pero para mi mala suerte no tenía ni un mísero centavo. Por lo que decidí mejor terminar la travesía con aquel horrendo, infeliz, indio malhablado y desconsiderado: Fofo Oaxaco.  Horas antes me pedía que fuera por la comida que su mamá ya le tenía preparada.  Doña Petra se sorprendió al verme, pues habían pasando varios años desde que yo no me drogaba con el Alex.  Algo sí me cayó de extraño: Se supone que él ya tiene dos hijos. ¿Se habrá ido su esposa de vacaciones?  Chales ( pensé ).  Luego que llevábamos su auto al taller, me pidió que le quitara la tapa de aceite al camión.  Imaginé que lo había hecho adrede para que al quitar yo la tapa, me salpicara de aceite quemado mi lustrosa camisa blanca.  Ya entrada la tarde platicábamos de cuánto tiempo había pasado. De cómo y cada uno de nosotros habíamos cambiado. De la muerte de don Paco y demás.  También le platiqué brevemente que recién estaba casi por terminar mi blog. Comentario de lo que sólo hizo una mueca de indiferencia.

 Pensarán que exagero, pero aquella bola con patas se veía imponente conduciendo semejante vehículo de tan colosales proporciones.  Llegada la madrugada, sinceramente ya quería irme a dormir.  Hasta que por fin el camión llegó a su destino, tirando casi más de cuatro toneladas de aquella original mezcla... Entre arena de construcción, piedra partida ( grava ) y un espeso líquido llamado "Betún de Judea"  Cuando Alejandro me dejó a escasas cuadras de mi hogar, de algún modo se quiso disculpar diciéndome que lo acompañara otro día.  Textualmente le dije que con esa conducta tan asquerosa que se carga, difícilmente volvería yo acompañarlo. O quizá tendría que estar intoxicado para hacerlo de nuevo.  Algo similar me pasaba con su primo el Coa, quien a cada rato también me insultaba, pero a él sí tuve que encararlo de frente, a pesar de haber estado con su pariente el Ardillo, pero me importó un comino.  Creo que después de esa vez jamás me lo volví a encontrar al desdichado. Me parece que se fue a Gringolándia o a la Chinampina, qué sé yo.
Lo más probable es que ya esté en la cárcel, o yazga tirado en algún barranco descuartizado.
El Coa era el típico malandrín de la colonia que se creía "el rey del barrio" jeje, además de ser un sujeto con severos problemas de actitud.  Me acuerdo muy bien cuando lo regañó duramente su primo Alejandro jaloneándolo "regacho" cierta ocasión que se quería llevar su motocicleta sin permiso, a pesar de que ya se lo estaba advirtiendo más de una vez.  Recuerdo que cerca de ahí había un pequeño canal... Fue precisamente en aquel lugar donde acabó el pobre Coa. Se vio tan gracioso volando en forma de X.. cuando junto con la moto iban ambos cayendo inexorablemente al desagüe Jajajajajajaja. Pero bueno... Afortunadamente no pasó a mayores; nada más se le mojaron sus zapatos de charol.  Pudiera ser que yo me admire de ellos. O quizá sean todos únicamente nada más que unos pelados gañanes, igual que yo.



  De don Francisco... Lo único que lamento es no haber podido platicarle de cómo el único Dios verdadero... Me libró del infierno y de la muerte.  Tiene algunos años que partió, siempre lo estimé, pese a sus 1527 años de edad, se apreciaba joven aún.  Sí, ya lo sé... Sus años jeje. No tantos como los problemas que he tenido en la vida.  Sin embargo, no había día que no dejara de pisar el pedal a su camión.  No le guardo ningún rencor. Y es que magistralmente me convenció fumar de aquella parte calcánea.  Dice un dicho acá en el barrio, que lo último es lo mejor, porque justo ahí es donde se concentra el hachís.  Curiosamente le faltaban escasos segundos para terminar el cigarrillo injertado en el hueso, al instante en que decidí fumarle.  De antemano sabía que se trataba de algo prohibido además de maligno, esto debido a los escasos conocimientos Bíblicos que tenía en aquel entonces, al venir yo de cuna cristiana.  Lo único que hice antes de fumarle fue programarme en la mente algunas frases musicales de Alberto Aguilera, tales fueron:  "Que sea algo hermoso, algo divino y lleno de felicidad".  No sé bien por qué lo hice, supongo que mi existencia necesitaba conocer algo nuevo, diferente, escapar y tener un lugar a dónde huir.  Tan sólo estaba explorando los límites de la realidad, tenía curiosidad por ver qué pasaría, eso era todo... Simple curiosidad.  Y así es cómo me fui adentrando a lugares completamente desconocidos, hasta que toda noción y concepto de la responsabilidad me fueron valiendo un reverendo cacahuate.  Luego resultó que efectivamente lo último fue lo más "chido"  La sensación que experimenté era algo así como cien veces la multiplicación de lo que algún día pude haberme llegado a sentir extasiado por el efecto de aquel psicotrópico.

 Con el ritmo guarapero entre cumbia y salsa, hacía que se le diera un mejor ambiente a la ocasión, al igual que una fresca esencia para aromar la habitación, todo ello con la intención de disfrazar un cercano encuentro con demonios. Aún con la música yo alcanzaba escuchar a lo lejos ( dentro de la habitación )  Una risa que no era la de ninguno de mis camaradas; risa que no dejaría de oírla nunca, como si fuera la oculta en mi propia calavera. Y por primera vez en mi vida, logré empezar a ver de la nada:  La manifestación de seres entrelazándose, o no sé qué. Sólo vi algo y no lo puedo explicar con palabras.  En seguida don Paco al darse cuenta de lo que estaba yo viendo, se levantó a cubrir dicho espacio con su ya deteriorada humanidad, que... Con la habilidad de la discreción, simpatía y persuasión... Haría que su temperamento conciliador, no se enfrascara en ninguna clase de polémica inmediata. Yo mientras tanto, inevitablemente descubría el meollo del asunto, adelantándome al tiempo y al sesgo. Como un alfil, en apariencia tímido pero a la vez sapiente que recorría el tablero con todas las regias capacidades.  Supongo que a don Francisco le causó algo de extrañeza ver que un simple vago vislumbrase el mundo espiritual.  Recuerdo a este Padrino con cierto gusto... Era una persona muy alegre pero a la vez reservada.  Ese día nos platicó presumiendo :

 

 

 

Quiero que sepan que pasé cerquitas de Ordaz fumando mota. ¡Y valiéndome grillo!!! Ahora bien... Para los que no saben aún, Gustavo Díaz Ordaz fue un vil presidente de México quien junto con otros dizque líderes políticos, mandaron llamar al ejercito nacional para capturar y matar sin ninguna contemplación a estudiantes que manifestaban desacuerdos respecto a la raquítica enseñanza que daba el gobierno, o algo así, no estoy muy bien enterado de todos esos líos.

 Sé que dicha matanza es muy conocida en los anales históricos alrededor del año 1968  Fue una auténtica masacre bastante difícil de olvidar, a los que en éste caso aún viven para contarlo.  Si le hubiera dicho a don Francisco que mi papaíto platicó más de una hora con Jim Morrison en un Bar de Mexicali, por esa época que viajó alrededor del País, asumo que no me lo iba a creer al igual que todos ustedes, aunque ya me salí del tema.  Algo que me sorprendió, pero a la vez me dejó tranquilo además de mucha alegría, es que extrañamente y al parecer, la hija de don Paco ¡Es pastora de una iglesia evangélica!  El era muy renuente, y es que toda su vida fue católico a más no poder.  Yo espero que antes de haber muerto, su hija lo haya guiado ha tomar la decisión correcta, ya que de eso dependerá su estancia a una vida mejor.



  Regresando con el Chíquis: a raíz del fallecimiento de don Paco, nosotros seguimos de tramposos jugando Dominó en el patio de su casa; de hecho los años que la pasamos en el juego, vimos incluso cómo se secó la higuera que estaba ahí, al igual que volver a verla florecer.  Y sería hasta ofensivo negarlo, pero nunca tuve tantas preocupaciones hasta que conocí al Chikis.  Bien no fue una buena influencia, pero confieso que lo llegué estimar.  Aunque todavía tengo mis dudas, porque sus consejos eran casi como si te los diera una viuda negra.  Es un ambicioso de primera marca.  Adora el dinero a montones.  Es un tacaño y avaro que todos los días va a meter su quiniela sin falta, con la ilusión de sacarse la lotería.  Con decirles que cierta ocasión me vendió un par de botas bien caras que ni siquiera usaba.  Mejor debió obsequiármelas, pero ahí estaba yo de idiotón comprándoselas.
 No sé cómo, pero de algún modo me tenía atrapado a su merced.  Temo que era una situación muy pegajosa.  Siempre hubo una gran rivalidad entre ambos, aparte no dejaba las burlas, tales como -  Jamás lograrás manejar un Volteo en tu vida.  No pasarás de ser un miserable obrerillo de fábrica, o como siempre acostumbró decirme : 

 

 

El mastur-tonto que no alcanzó a llegar a la repartición de cerebros.  Podría jurar que este fulano amaba herirme.  De antemano sabía que era un mal habito, pero cada vez que atravesaba yo la puerta de la victoria, era la misma maldita cosa... Cada que se comía todo el dominó: El muy infeliz volvía aventar todas las fichas antes que aceptar una simple derrota.  Quizá ahorita puedas tú estar pensando de mí, amigo lector -  Pobre desgraciado.. Cuánto daño siente que le han hecho.  Debería mejor superarse el inútil en vez de andar llorando. ¡Y tendrías razón!  Ciertamente debe haber personas que han crecido en peores condiciones que yo, atreviéndose a luchar cada día por lo que anhelan, y negándose a vivir conforme a las circunstancias que les rodean, haciendo grandes esfuerzos para sobreponerse, logrando así salir de la mediocridad. No obstante, deseo remarcar algo muy importante, lo cual sin duda es lamentable, me refiero a los alcances que puede tener el hombre para influenciar al mismo hombre, es decir -  Como bien puede transformarlo en un arma poderosa que luche contra las adversidades de la vida, o todo lo contrario:  Hacer de él un ser miserable, lleno de prejuicios, temores y sin ninguna meta en común que lo aliente a seguir adelante, o cuando menos valorarse un poco. ¡Mejor sería educar bien a nuestros hijos antes que hacer de ellos unos auténticos parásitos!  Naturalmente lo digo por mí.



  Durante los fines de semana vagaba yo en las tardes por las calles de mi ciudad natal, con la expresión desencantada y un tanto fatigada por mi época de excesos, blandiendo sólo recuerdos distantes de una vida desordenada y superficial, mirando con cierto descaro los rostros envejecidos, pero siempre iguales, de mis contemporáneos.  Indefectiblemente eso me hizo recordar algo muy extraño que me sucedió años antes recién dejé de convivir con el Chíquis, fue un día que Wendy hermana del Hugo, me pidió hacerle un dibujo de Guadalupe Victoria { Nombre subliminal que usó José Miguel Audacto Fernández, para seguirle dando pleitesía al matriarcado mariano }  Al parecer dicha tarea se la habían pedido a Wendy como exposición en su escuela. De momento no me agradó la idea, pero no le cobré ni un centavo; sin embargo, le dije que me tardaría a lo menos un día en hacerlo.  Me dio todo el material que hacía falta y unas hojas grandes cuadriculadas tamaño cartulina, de manera que decidí intentar por mi mismo el retrato.  Con esperanzas renovadas llevé a mi cuarto: Lápiz, gomas, colores, las cuatro plumas que ocupo siempre para delinear, y dispuse cuidadosamente en mano proceder con paciencia dicha labor, considerando dibujar de buenas a primeras un personaje tan importante como lo fue el primer presidente de México, lo cual no me fue nada fácil.  Probé antes mi talento en empresas menos complicadas, dibujando super héroes, ositos Winnie Pooh, flores y pequeños paisajes imaginarios, un árbol junto a una ermita, un puente regional con cipreses.

 De hecho encontré cierta redención en el Mundo de la pintura.  A veces me abstraía por completo en aquel juego, sintiéndome feliz como un niño con su caja de pinturas. Mis primeros proyectos fueron principalmente libros para colorear. Igual que Mel Gibson cuando le dejó el timón a Robert Downey Jr. mientras al fondo del avión se esmeraba junto a su colega y un paquete de crayolas: Colorear un 'cuaderno para iluminar' que ambos habían encontrado.  Qué tiernos.
 Ya luego comencé a dibujar al ex-militar, los primeros intentos fracasaron totalmente, y cuanto más me esforzaba en representar el rostro de aquel personaje, menos conseguía trasladar sus rasgos al papel.  Por último renuncié a ello, aunque eso ocasionara quedarle mal a Wendy.  Pero antes de regresarle todo el material con tanta pena a la chica, recostado empecé a dibujar simplemente una cara, siguiendo los caprichos de mi fantasía y las indicaciones que nacían espontáneamente de lo comenzado.  Del color y el lápiz resultó así un rostro imaginario, un puro ensueño, que me satisfizo durante algún rato. En efecto... Procedí los ensayos, y cada nuevo trazo fue mostrando mayor expresión, acercándose remotamente al tipo buscado, pero no desde luego a la realidad.  De este modo fui acostumbrándome más, abandonándome al Pincel y a la sola guía de mi intuición, retocando superficies que no correspondían al modelo de la monografía que Wendy me había dado, producto inconsciente de tanteos caprichosos.



  Luego de una hora, sin darme apenas cuenta, terminé dibujando una cara que me decía más que mis anteriores borradores.  No era la de aquel general, ni siquiera la recordaba, era algo distinto e irreal, pero no menos valioso, parecía mas bien la cabeza de un adolescente que la de un adulto, el cabello no era negro, sino castaño con un leve matiz rojizo, la barbilla enérgica y firme, contrastaba con la boca récia e inexpugnable, bajo una expresión poco amable, resultaba a pesar de todo, impresionante y lleno de una vida inescrutable.  La contemplación de aquel dibujo despertó en mí una impresión singular, me parecía como un ícono a medias tintas masculino y femenino, sin edad, tan voluntarioso como soñador, tan rígido como secretamente vivo.  Aquel rostro tenía algo que decirme, era algo mío, demandaba algo de mí, y se parecía a alguien, no sabía yo a quien.  Por un momento lo miré hasta que el cansancio me venció; luego al incorporarme casi lo reconocí de inmediato.  Me miraba de un modo peculiar, como si fuera a llamarme por mi nombre, parecía conocerme, con el corazón palpitante contemple largo rato el dibujo, los cabellos semirubios y espesos, la boca marcadamente malévola, su frente recia, bañada en una singular claridad, y sentí que cada instante me aproximaba al reconocimiento, al reencuentro, a la identificación vislumbrada.  Salté de la cama, fui hacia el dibujo y me puse a considerarlo de cerca, clavando mis ojos en los suyos, muy fijos, abiertos y blancos, con un tenue tinte grisáceo, uno de los cuales, el izquierdo quedaba un poco más alto que el otro.

 De repente aquel ojo giñó, palpitando ligera y sutilmente, de un modo casi imperceptible, y en aquel instante identifiqué por fin el dibujo, me estremecí al averiguarlo.  Fue una mirada tan familiar que consiguió helarme el corazón. ¡Cómo podía haber tardado tanto en verlo!  Era el rostro del Chiquis.  Largo rato permanecí ante mi creación aún después de haberse extinguido la impresión que recibí.  Luego de unos minutos, poco a poco se fue apoderando de mi la sensación de que ya no era el Chikis, ni tampoco Guadalupe Victoria a quien representaba, sino a mí mismo, obvio no se me parecía, y sentía que tampoco debía parecerse, pero era lo que formaba mi vida, era mi interior, un demonio no lo sé.  Tal sería mi amigo, si alguna vez lo fue, tal sería mi guía si alguna vez tuvo esa cualidad. ¿Será mi vida así hasta el día de mi muerte?  O quizá sea el sonido y ritmo que me lleve hasta mi cruel destino, algo que, llegado el momento se convierta en mi cárcel, mi nuevo hogar, o incluso un despertar.  En fin. Pasaron unos cuantos años, y: La manera más palpable de haberle comprobado al Chiquis que realmente hubo un cambio en mi vida, fue demostrándole que Dios me había quitado tan peligroso vicio. Hasta la fecha me ha seguido diciendo que soy y seré siempre inferior a él.  Como sea, al menos en el Dominó sabe quien es el mejor jugador.
  Durante largos días pude alejarme de la negativa influencia del Chiquis Frady, pero al final sigue siendo mi pariente y eso nunca podré negarlo. Le he hablado de Dios y parece que ya ha entendido un poco del asunto, espero sinceramente que algún día lo acepte en su corazón.
  Las sagradas Escrituras dicen que  HAY CAMINOS QUE AL HOMBRE LE PARECEN PERFECTOS, PERO AL FINAL SON CAMINOS DE MUERTE.  



  Respecto a mí... Diré que tuve la fortuna o mejor dicho el infortunio de conocer profundos niveles concernientes a la drogadicción, y debería darme pena platicar todo esto, pero ¿De que otra manera podría compartir mi testimonio y de dónde Dios me rescató? ¿En la calle?  Ok, luego te aviso.  Pero primero déjame decirte que rara es la vez cuando se valora la preparación de alguien, casi por lo regular son las cartas membretadas y buenas influencias, las que te hacen obtener un empleo digno. De hecho, algunos se sienten casi los reyes del mundo cuando logran su cometido, malo es para los que aún no han tenido dicha suerte, pues siguen siendo tratados como lo que son ( según ellos ):  unos burros, y lo que es peor... Incompetentes.
  La resignación no siempre debe significar un fracaso, en ocasiones puede ser el paso que esté llevándote al descubrimiento interior.  En lo personal me costó demasiado trabajo al igual que años, aceptar que mi disfraz debía ser siempre el de un Gato y no aferrarme a que fuera el de un León.  Hay una unidad en mí que no me permite hacer ciertas cosas que al parecer pudieran ser fáciles.  Dicho descubrimiento me conmovió hondamente, y tal fue para mí el fruto de todos aquellos sucesos, que muchas veces había ensoñado los destinos que supuestamente creía yo, me estaban reservados, tales como: Piloto aviador, Poeta quizá, productor de cine, instructor de fisiculturismo, cantautor, profeta de dudosa recomendación, dibujante o como quien sabe qué, pero jamás Chofer.  Todo eso fue equivocado, sucedió en un instante que ya no existía para componer canciones, menos para predicar o ministrar por medio de la adoración y alabanza; resultó que ya nada de eso era para mí, lo cual se fue haciendo secundario; no obstante aún detrás, sigo escuchando esporádicamente la voz serena y natural de mi conciencia y, aunque oscuramente real, también colmada de ternura y avidez, tal y como un vaso de vino no adulterado, llenado hasta los bordes, diciéndome algo así como:  Eres un soñador Aarón. Tu destino te ama y algún día te pertenecerá por completo, como tú lo sueñas... Si es que le continúas siendo Fiel.
Finalmente en la vida entendí, que cuando algo se desea tanto, lo mejor es que no deba tenerse. 



 Creo que el verdadero oficio de cada uno, no lo está en tener un buen cargo dentro de la iglesia, en una buena profesión o habilidad.  Es tan sólo llegar hasta sí mismo y tomar la misión de encontrar el propósito de nuestra existencia, para vivirlo por entero hasta el final, pese a lo que pase y cueste lo que cueste; todo ello... Menos retroceder o desviarse del camino.  Tristemente yo me refugié en el ideal del chico explorador, haciendo una cómica adaptación de mi individualidad interior. Esa imagen creada se alzó ya claramente en mí, adoptándola hasta el día hoy, y posteriormente expresarla en este inconcebible pero interesante Blog de evangelismo. 
  Yo era, y muy probablemente siga siendo un capricho de la naturaleza, un impulso hacia lo incierto, quizá hacia lo nuevo, quizá hacia nada, y mi oficio sea tan sólo dejar actuar este impulso, nacido de los rincones del vicio, sintiendo su próxima despedida y hacerla mía por entero. Esto, y nada más que esto... Pudiera ser tal vez mi verdadero oficio.   
  Por otro lado no dudo que algún incrédulo o ateo, quiera tratar de justificar con argumentos científicos lo que viví ese día  - Diciéndome de esta manera -  Todo eso que te pasó fue ocasionado por los efectos de la droga.  Yo le diría que en parte sí, y en parte no, porque no es tanto la droga, sino una fuerte potestad que gobierna esa área en particular, en realidad son autoridades invisibles, por tal razón a un drogadicto le es demasiado difícil intentar dejar los estupefacientes, esto debido a que intervienen fuerzas superiores a nuestro entendimiento, por tal razón existe una poderosa sujeción en el ser humano hacia el alcohol y otras drogas peligrosas, que sólo con amor, la ayuda y el inmenso poder de Dios, cualquier drogadicto puede ser libre de las garras del vicio.  El apoyo que ofrecen las instituciones o centros de rehabilitación, únicamente sirven para controlarlos un poco. Quien realmente puede hacer un cambio radical en la vida de la mujer y el hombre, se llama Jesús de Nazareth.  



  Para ser sincero... Nunca mi vida fue tan escéptica antes de conocer a Don paco.  Así que pensé: ¿Fue acaso requerimiento de aniquilar el tedio de la monotonía?  De imaginar formas de amor que vendrían cautivas en la inocencia de saber que lo último es mejor, cuando las más de la veces no es sino eso.  Y aún no he podido saber apreciar algo que sea más precioso que lo contemporáneo.

Tal es mi espurio: Que la vanguardia no consistió en redescubrir lo antiguo, es decir, la novedad de conocer otros planos dimensionales. Sino en impugnarlos, en excluirlos.  Nadie se evade de la realidad, todo está dentro de ella. No obstante, cuando hablo de ser sincero, no siempre es discernible al pensar en el ateo, pincelando sus "sabios" argumentos.  Como sea... Afortunadamente o desgraciadamente: Estamos en el reino del libre albedrío.

 

 

  

Sin lugar a duda que hube de escribir ( más que todos ) Varias cosas del Chíquis, y con alguna extensión, este pequeño volumen. Para mí discurrir sobre él, es deseo de rendirle cierto homenaje. No obstante, su orgullo y la seguridad en sí mismo se me figuran demasiados irrisorios a cualquier disentimiento de su estética, de su ideología. Una y otra vez se afana en convencer, en alardear y batir como de costumbre, a un enemigo invisible, real o imaginario que irónicamente suele mostrarse como su mejor compañía. Parlanchín. No acostumbra escuchar negativas. Sus dóciles fieles además de aplaudirle sus fobias, callan plácida y sosegadamente al escucharlo. No importa los minutos que se extienda. Asumo que el secreto de su carisma, estriba en no dudar. Todo un rufián, hereje además de blasfemo... Este carcelero y a la vez libertador: "No hay más ruta que la nuestra" ¿Cómo ser tan intransigente y a la vez talentoso? Nunca he descifrado el enigma. A veces siento hasta admiración en sus desatinos y sentencias erróneas. Pero volviendo con don Francisco González... Recuerdo un caso muy curioso en una de esas vivencias que pasé los días acompañando a don Paco en sus viajes por las avenidas de la ciudad. La divertida anécdota ocurrió así:  El ambiente empezó a sentirse bastante pesado dentro de aquel cubículo donde él manejaba, nos empezamos a espantar, pero no sabíamos la razón de tan extraño sentimiento; de hecho, fue por escasos 8 milímetros que don Francisco casi estampa el Camión en un poste. ¡Fue la ventura del año!  y era de que yo estaba oprimiendo con el pie ( sin darme cuenta ) un veneno en aerosol para ratas y otras plagas, razón por la cual aquel terrible químico casi acaba con nuestras vidas al igual que con nuestras pocas neuronas.  Además de eso, a uno de los choferes de la misma empresa se le ocurre detenerse en rojo a las tres de la mañana, cuando era a saber que don Paco iba detrás de él a no más de 130 km/hr.  Yo me hice la gran pregunta: ¿Porqué la idea de pararse a esa hora, si ya no había ni un transeunte rondando por ahí?  Llegué a la conclusión de que no lo querían por ser mariguanito. De modo que era absolutamente imprescindible, al igual que necesario, poder esquivar a toda costa aquel poste.  Así que con un magistral movimiento que don Francisco hizo a pesar de su avanzada edad, logró esquivar en tan sólo una fracción de segundos aquella enorme columna de concreto.  Al final no pasó de ser un tremendo susto gracias a Dios, ya después de haberme tomado un vaso con leche me sentí mejor.   

                                                                     尼古拉斯哈蒙德